jueves, 26 de septiembre de 2013

La Ética Civica para la vida en la Democracia

La Ética Civica para la vida en la Democracia : 

La ética cívica para la vida en democracia 
1 Concepto
1.1 La democracia no debe ser entendida solo como un sistema politico, sino tambien como un estilo de vida regido por un conjunto de valores civicos. En este tema comprenderas como estos valores sustentan a nuestra vida democratica
1.1.1
2 La democracia
2.1 El termino democracia puede entenderse desde dos perspectivas:
2.1.1
2.1.1.1 Como sistema politico: Es un regimen basado en los principios de respeto, promocion y garantia de los derechos humanos.
2.1.1.2 Como estilo de vida: Es el conjunto de ideas, valores y actitudes que permiten a las personas respetar sus derechos.
3 Valores de la ética cívica
3.1 La etica civica en una sociedad pluralista permite el libre desarrollo de modelos de la vida, a la vez que establece un consenso sobre valores y normas basicos cuyo cumplimiento debe exigirse a todos.
3.1.1 Los valores son:
3.1.1.1 La libertad, autonomia moral, autonomia politica, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia, la actitud dialogica y la justicia.
3.1.1.1.1
4 La democracia como estilo de vida
4.1 En la historia de la humanidad se han puesto en practica diferenes formas de organizar la vida social. Una de ellas es la democracia, sistema politico en el que la soberania radica en el pueblo.
4.1.1
DE LOS VALORES DE LA DEMOCRACIA A LA EDUCACIÓN CÍVICA
E
ste artículo pretende aportar elementos de análisis para el debate ético, político y pedagógico sobre la democracia como medio y como fin, así como sobre el papel de sus principales valores, la igualdad y la libertad, como referentes para la construcción de un concepto de ciudadanía que pivote entre los ejes de la participación activa, la responsabilidad social solidaria y los derechos humanos.
            Introducción:
    
La esencia de la democracia se haya encarnada en sus valores: la libertad y la igualdad.
En un mundo globalizado, donde las injusticias 
adquieren también tal dimensión, especialmente sensible en nuestro contexto latinoamericano, y donde la democracia como medio y como fin siempre parece estar entre paréntesis o cuestionada, creo fundamental recuperar la reflexión en torno a sus valores principales y sus implicaciones educativas De hecho, desde mi punto de vista, la esencia de la democracia se haya encarnada en sus valores: la libertad y la igualdad. Aunque enmarcados dentro de los valores. 
La ciudadanía como sujeto político de la democracia
Pero claro, además de lo ya visto, los valores democráticos de la igualdad y la libertad, así como sus referentes desde el mundo de la ética y de la política, poseen unos elementos que podríamos denominar mediadores, o sea, instrumentos para la construcción del proceso democrático a través del consenso y el desarrollo de lo más humano del ser humano a través del lenguaje: me refiero a los derechos humanos, como referente para la convivencia y la justicia, y al diálogo como posibilitador imprescindible para la realización de todo acto que podamos llamar democrático.
De esta manera, y sintetizando algunas de las cuestiones abarcadas hasta el momento, he desarrollado el siguiente cuadro con el fin de percibir de manera global dichas cuestiones desde las distintas dimensiones de referencia:
  
VALORES
DEMOCRÁTICOS
ÉTICAPOLÍTICAMEDIADORESEDUCACIÓN
IgualdadEquidadCooperaciónDerechos humanos/DiálogoPrincipio de equidad
LibertadResponsabilidadParticipaciónDiálogo/Derechos humanosPrincipio de inclusión
   
    
Con el término ciudadanía se debe hacer referencia al derecho de todas las personas a participar en la construcción de una sociedad democrática, por lo que se trata de un derecho inclusivo, como todos los derechos.
Por tanto, si hablamos de la ciudadanía como constitutiva del sujeto democrático, ésta debe estar compuesta y tener su base en los valores de igualdad y libertad, y tener como finalidad el encauzamiento social de los mismos en todas los tipos de relaciones, normativas e interpersonales, afectivas y comunicativas, entre las ciudadanas y ciudadanos. Pero, para ello, nuevamente hay que diferenciar esta concepción de la emergente democracia formal de corte neoliberal, para lo cual es necesario que las personas sientan la existencia de un vínculo con sus conciudadanos y que éste se manifieste a través de una política cultural y educativa que permita la participación en acciones comunicativas para la formación de un espacio público discursivo.

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